Por: Luis Rojas Nieto
El día de hoy, 7 de marzo de 2021, nuestro Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) cumple 75 años de su fundación. De tal ímpetu parte el título de este artículo, en consecuencia de que durante estos tres cuartos de siglo los principales objetivos de nuestro Colegio desde el año de 1946 se han dirigido hacia coadyuvar, con el conocimiento que otorga la experiencia de todos quienes formamos parte de esta “Casa de la Ingeniería Civil”, hacia diseñar, planear, construir, conservar y operar la infraestructura nacional a cargo de brindar los servicios esenciales a la sociedad como lo son el agua, la energía y el transporte. Al respecto, debe reflexionarse que no es posible imaginar una población sin estos servicios básicos y que nosotros, las ingenieras y los ingenieros civiles, en conjunto con las otras especialidades de la Ingeniería contribuimos de manera directa a su existencia, de ahí la importancia de estar actualizados siempre con las innovaciones tecnológicas y los nuevos materiales, para optimizar los recursos del país y volver la infraestructura más eficiente, económica y resiliente. En este marco de requerimientos es donde nace nuestro Centro de Actualización Profesional e Innovación Tecnológica (CAPIT) con el fin de tener siempre actualizados a nuestros ingenieros e ingenieras civiles, no nada más de nuestro Colegio, sino del país gracias a la formación en línea que tanto nos ha servido en esta época de pandemia por COVID-19.
Debe destacarse que en el año de 1945 entró en vigor la conocida como Ley de Profesiones. De tal forma, el CICM, como una asociación colegiada, quedó formalmente inscrita ante la Dirección General de Profesiones el 13 de noviembre de 1946, buscando la unión de la Ingeniería Civil con el conocimiento, la ética, la profesionalización y el apoyo al gobierno como órgano de consulta, importante encomienda basada en el establecimiento de reglamentos y normas para que se cumplan los estándares técnicos en el diseño y construcción de las obras de infraestructura nacional.
Desde entonces, los ingenieros civiles de México han desempeñado un papel protagónico en la amplia transformación que vivió nuestro país durante la segunda mitad del siglo pasado, periodo en el que se dieron pasos agigantados para desarrollar infraestructura y los recursos humanos indispensables para esa gran tarea. Al respecto, es de reconocerse que la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional fueron los semilleros de una generación extraordinaria que todavía hoy, marca la línea en términos académicos, técnicos, de investigación, innovación y compromiso social.
En este ámbito, con 75 años de vida activa, hoy nos toca reflexionar sobre el papel del Colegio como órgano consultor del Estado mexicano y de la sociedad, en virtud de que el Colegio de Ingenieros Civiles de México se ha robustecido con los años en estructura, alcances y vínculos con la sociedad.
En este sentido, el Colegio, hoy por hoy, es fruto de un trabajo coordinado y comprometido entre Presidencia, Vicepresidencias, Consejeros, Consejo Consultivo, Junta de Honor, Consejo de Certificación, Consejo de Ética, Consejo Técnico, Consejo Académico y los Comités Técnicos, así como con todos quienes laboran y forman parte de la “Casa de la Ingeniería Civil”.
Por su parte, es importante destacar que los Comités Técnicos del Colegio de Ingenieros Civiles de México se encuentran conformados por miembros del propio Colegio que por su acreditada formación académica y experiencia profesional en los sectores público y privado, se han posicionado como especialistas distinguidos en alguna de las áreas de estudio de la Ingeniería Civil y como líderes de opinión en nuestra profesión, además de contar con la participación e inclusión de expertos de otras profesiones que refuerzan su labor. Aunado a lo anterior, gracias a un amplio esfuerzo de convocatoria, se han integrado destacados jóvenes ingenieros que serán parte del relevo generacional necesario para nuestra permanencia gremial y el enriquecimiento de la labor de los propios Comités y de nuestro Colegio.
Por nuestras instalaciones han desfilado grandes ingenieros, que no quiero nombrar porque sería una lista muy larga, que han marcado y dejado huella en nuestra infraestructura nacional como presas, plantas de tratamiento, túneles, sistemas de conducción de agua, carreteras, puentes, estadios, por mencionar algunos ejemplos; así como edificaciones como escuelas, hospitales tan necesarios en ésta crisis y que han marcado la internacionalización de nuestra Ingeniería Civil Mexicana con la ayuda, por supuesto, de las grandes instituciones de formación de nuestras generaciones de ingenieros mexicanos, a los cuales les debemos toda nuestra admiración por esa vocación hacia nuestra profesión sin cuestionarse nada más que el deber hacia nuestra labor para formar una sociedad más justa.
En este contexto, en el Colegio reconocemos y trabajamos por una Ingeniería Civil Mexicana que se posiciona como una de las profesiones más participativas para el logro de los objetivos de bienestar, desarrollo y sustentabilidad, papel que históricamente ha desempeñado con profundo compromiso y alto nivel técnico.
Asimismo, creemos que lo más importante para nuestra organización es que siempre ha mantenido una visión prospectiva en relación con los retos y oportunidades que el país ha presentado en las diversas etapas de su desarrollo.
Siempre alzaremos la voz, para que la infraestructura se construya con planeación, calidad y economía. No olvidemos que el fin de una infraestructura es el servicio que brinda a la sociedad, no nada más cuando se inaugura, sino tenerla óptimamente conservada, durante toda su vida útil, porque “Conservar es preservar”. De ahí que el CICM promueve una nueva Ley de Obra Pública que vea por la planeación y la calidad, impulsando un Instituto Nacional de Planeación vinculante y participativo con los expertos técnicos y todas las partes de la sociedad, llevando como principal objetivo la sostenibilidad de la infraestructura.
En este especial día para el gremio de los ingenieros civiles mexicanos, no quiero terminar sin mencionar la función de nuestro Colegio de incluir a las ingenieras, a los y las jóvenes estudiantes en nuestras labores para que adquieran toda la experiencia de nuestros miembros y las lecciones aprendidas, sin olvidar que la Ética es la principal guía para las actividades tanto personales como profesionales durante toda su vida.
Como nos dijo un expresidente el día de ayer en nuestro Colegio “La Ingeniería es el arma con la que México vencerá la pobreza y construirá el México que todos soñamos”
Bajo una profunda convicción, es un honor formar parte de nuestro Colegio sin olvidar decirles a quienes nos leen que “Todos Construimos México”.